Cuando un guiso se pega, unas lentejas, por ejemplo, la única forma de salvarlo es empapar un paño y extenderlo sobre la meseta para colocar la olla encima. Cuando temple vertimos el contenido en otra olla -sin rascar la quemadura- eliminando los trocitos calcinados y añadiendo agua. Si está amargo agregamos un chorro de vinagre.
Para limpiar la olla usaremos vinagre, lo dejamos un tiempo en reposo y a continuación hervimos con un poco de agua, lo que facilitará que lo quemado despegue simplemente con una espátula de madera.
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