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Separando las huevas de oricio |
Para conservar las huevas de oricio hacemos un agua de mar (35 gr de sal por litro de agua) y abrimos los oricios "en vivo" en un recipiente hondo, introduciendo un cuchillo verticalmente por la boca hacia el agujerito de la parte inferior y haciendo un giro de muñeca, y los ponemos en un escurridor para que suelten el agua. A continuación filtramos todo el agua de los oricios y lo hervimos junto al agua salada, dejándolo enfriar.
Cogemos la mitad de un oricio y con una cucharilla pequeña vamos sacando las huevas (hay dos tipos de huevas, una rojas sabrosísimas y otras amarillas, amargas, conviene separarlas) y aclarándolas en el agua marina para que desprendan las impurezas y las depositamos en un bol. Cuando tengamos las huevas limpias introducimos el bol el una olla con agua y ponemos al Baño María. En el momento en que el agua empiece a hervir les añadimos sal fina y unas gotas de zumo de limón recién exprimido y vamos dándoles vueltas con ayuda de una cuchara. tenemos que hacer que las huevas cojan consistencia pero que queden jugosas.
Las empaquetaremos en bolsas de plástico duro y apretamos, dejándolas bajar con su propio peso y, con una plancha caliente, cerraremos las bolsas a ras de las huevas, el calor de la plancha hará que las dos láminas de plástico se peguen, y luego etiquetaremos y congelaremos.
Es preciso practicar primero con la plancha, nosotros hacemos nuestras propias bolsas, y no olvidar que el plástico debe ser grueso y deben cerrarse sin dejar aire en el interior.
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