La mejor forma de abrir los moluscos, en este caso las almejas, es meterlos en agua salada:
En un cubo oscuro ponemos un agua marina (30gr. de sal por litro de agua), sumergimos las almejas (sin la red que traen) y lo tapamos con un paño o plástico oscuro para simular el fondo del mar sin peligro de depredadores, así las almejas se abrirán y purificarán de arena, llegando a salir más de 3 cm. de carne (se sienten seguras y no se encojen).
Las dejamos durante dos horas y luego las sacamos, filtramos el agua para eliminar las molestas arenillas y ponemos esa agua a hervir, espumamos y cuando vuelva a hervir agregamos las almejas, 1/3 del volumen de agua (que las cubra y no echar muchas para que no baje mucho la ebullición), volvemos a tapar y cuando vuelva a hervir removemos con una espumadera y las vamos sacando según van abriendo.
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